¿Alguna vez te has quedado sin espacio en tu teléfono o en tu ordenador porque tienes demasiadas fotos, vídeos y documentos? ¿O has notado que tu correo electrónico está repleto de mensajes promocionales que nunca vas a leer? ¡A todos nos ha pasado!
¿Pero sabías que este desorden digital es como un tipo de basura llamada “residuos digitales”?
Los desechos digitales, en pocas palabras, son todas esas cosas inútiles, como fotografías antiguas, archivos adicionales y correos electrónicos no deseados, que se acumulan en nuestros dispositivos y en Internet. A diferencia de la basura normal que tiramos, a menudo nos olvidamos de este desorden digital, ¡y sigue creciendo!
Hoy en día podemos almacenar un montón de cosas en la nube, lo que lo hace muy fácil y económico. Pero resulta que esto tiene un pequeño inconveniente: no todo es color de rosa. Almacenar datos tiene un coste de carbono, como una sutil tasa medioambiental.
Analicemos el problema del desorden digital
Lo sorprendente es que estos desechos digitales no sólo son molestos, sino que también son perjudiciales para el medio ambiente. Se suman a las emisiones de dióxido de carbono y contribuyen al calentamiento global.
Según los expertos, 100 correos electrónicos innecesarios pueden contaminar tanto como 125 bombillas. Accenture
Los residuos digitales son, básicamente, la huella de carbono que deja el almacenamiento de datos de una forma poco inteligente. Es como tener una habitación desordenada, pero en el mundo digital. Incluye todo tipo de datos mal gestionados: cosas que están ahí, ocupando espacio, sin uso, redundantes o, incluso, que son simplemente incorrectas porque alguien cometió un error.
Ahora, en cuanto a la parte energética, almacenar datos requiere energía, y no es una cantidad pequeña. Imaginemos que se guardan 100 gigabytes de datos en la nube: eso es como publicar un montón de fotos y vídeos. Bueno, hacer eso suma alrededor de 0,2 toneladas de dióxido de carbono cada año. No es tanto como lo que emite un coche, pero para las grandes empresas que manejan cantidades masivas de datos, empieza a hacer mella.
En 2016, una empresa promedio almacenaba nada menos que 347,56 terabytes de datos. Si mantuvieran todos esos datos almacenados, sería como liberar casi 700 toneladas de dióxido de carbono al aire cada año. Es mucho, ¿verdad?
Y hablando de números grandes, en 2023 generamos 120 zettabytes de datos, es decir: 10 21 (1.000.000.000.000.000.000.000) bytes. ¡No sé ustedes, pero a mí me cuesta entender tantos ceros!
Por lo tanto, si bien el almacenamiento en la nube es muy práctico, debemos ser conscientes de que no se trata solo de una cuestión de conveniencia: implica un costo de carbono. Intentemos mantener nuestros espacios digitales limpios y ordenados para ayudar un poco al planeta. ¿Qué opinas al respecto?
¿Cómo se convierten los datos en residuos digitales?
El almacenamiento de datos, especialmente de grandes cantidades, requiere de enormes dispositivos de almacenamiento. Estos dispositivos físicos funcionan en su mayoría las 24 horas del día, los 7 días de la semana, lo que a su vez requiere aún más energía para todos los componentes de hardware y de soporte necesarios para evitar que el sistema se queme, como ventiladores de refrigeración y sistemas de extinción de incendios.
Más datos significan más dispositivos de almacenamiento y sistemas de soporte. Más dispositivos significan más necesidades de electricidad y consumo de energía. Estos a su vez producen emisiones de carbono que contribuyen al calentamiento global, el cambio climático y la salud del planeta .
¿Cómo se puede ayudar a combatir el desperdicio de datos a nivel individual?
Por supuesto, los mayores contribuyentes a los residuos digitales son las grandes empresas y las redes, pero no podemos ignorar nuestra responsabilidad, porque el efecto acumulativo de lo que cada uno de nosotros hace también es muy significativo.
La buena noticia es que hay muchas pequeñas cosas que puedes hacer para reducir tu propio desorden digital y mantener tu espacio digital limpio y ordenado. Consulta nuestras sugerencias a continuación:
- Vacía periódicamente la papelera de tu buzón de correo y galería online. Elimina también el spam, los correos promocionales y los mensajes que no necesites con regularidad. Puedes programarte recordatorios en el calendario para hacerlo a intervalos regulares. De hecho, eso es lo que hacemos como equipo en Green Cloud Nine . ¡Se calcula que un boletín de noticias emite alrededor de 10 g de dióxido de carbono!
- Revise periódicamente sus archivos y carpetas en el almacenamiento en la nube y en las unidades personales y elimine todo aquello que ya no necesite para liberar espacio.
- Revisa tus cuentas sociales para ver si hay algo que puedas eliminar. Además, limita el tiempo que utilizas dispositivos digitales y redes sociales.
- Elimina aplicaciones de tus dispositivos y cierra las ventanas del navegador cuando no las estés utilizando.
- Elige el modo oscuro y reduce el brillo con el que utilizas tus dispositivos. Esto puede reducir significativamente el consumo de electricidad, las emisiones de CO2 y también tus facturas.
- Practica apagar y desenchufar tus dispositivos cuando termines de trabajar. ¡Ellos también necesitan un descanso, ya lo sabes!
- Procura no utilizar protectores de pantalla en tus dispositivos. Apágalos.
- Cambie su configuración para habilitar el modo de suspensión después de un breve período de inactividad.
- Utilice una red wifi en lugar de utilizar datos móviles para reducir las emisiones de carbono. La última tecnología requiere la menor cantidad de energía.
- Deshabilite las opciones de conectividad como Bluetooth y Airdrop cuando no sean necesarias.
- Utilice una aplicación de desintoxicación o limpieza digital si no puede hacerlo por su cuenta.
- Al elegir aplicaciones en la nube, busque aquellas que ya gestionan y compensan sus emisiones de CO2.
¿Qué pasa si no nos hacemos responsables del uso que hacemos de nuestros datos?
La tendencia a la digitalización de documentos, la Inteligencia Artificial y el trabajo remoto no para de crecer, por lo que si no realizamos cambios en nuestro comportamiento, los expertos prevén que la cantidad de emisiones de carbono que estas actividades generan podría posiblemente provocar un efecto rebote.
En teoría, el uso de la tecnología digital podría tener un impacto positivo en las emisiones de carbono, ya que reduce la necesidad de viajar y la infraestructura del lugar de trabajo requeriría menos energía. Sin embargo, en la realidad, al ritmo en que aumenta el consumo digital, se prevé que el consumo total de energía digital y las emisiones de carbono serán iguales o incluso mayores que cuando teníamos que ir a trabajar todos los días.
Así que, os dejamos con este tema para reflexionar y esperamos que os gusten nuestras sugerencias. Dejad un comentario si os han resultado útiles.