Abordar la ansiedad ecológica: encontrar la paz en un mundo cambiante
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La buena y vieja eco-ansiedad
La ecoansiedad es un término que ha recibido mucha atención últimamente, especialmente entre los millennials y la generación Z. Pero no es algo nuevo. De hecho, mi propio viaje hacia la sostenibilidad comenzó de alguna manera debido al miedo relacionado con el medio ambiente.
Tenía 13 o 14 años cuando salió por primera vez la noticia sobre el agujero en la capa de ozono. Para entonces, me había convertido en un amante de la naturaleza y los animales y esa noticia me sacudió hasta lo más profundo. No tenía idea de lo que estaba pasando. Parecía que todos íbamos a quemarnos vivos y el planeta iba camino de la destrucción. Realmente me sentí asustada e impotente.
Pero ¿qué es la ecoansiedad?
Puede que la ecoansiedad no esté reconocida oficialmente como una enfermedad mental, pero es un problema muy real y grave que experimentan muchas personas. Se refiere a la angustia y la ansiedad que surgen del deterioro de las condiciones ambientales y de la crisis ecológica en la que nos encontramos.
Se trata de sentir preocupación o miedo por cuestiones ambientales que impactan directamente en nuestra vida diaria. Ya sea el problema cada vez mayor de la contaminación plástica o las frecuentes inundaciones, sequías e incendios forestales que se repiten cada año, no faltan preocupaciones que nos mantienen despiertos por la noche. Y seamos honestos, todo puede resultar increíblemente abrumador.
Dado que el cambio climático es el principal impulsor de esta ansiedad, está claro que cuanto más dañamos nuestro planeta, más fuerte se vuelve nuestra ansiedad ecológica.
El cambio climático importa y importa mucho.
Una de las mayores causas de la ansiedad ecológica es el cambio climático. Es un problema grave que amenaza a nuestro planeta y todo lo que contiene.
Los efectos devastadores se están volviendo más reales para todos nosotros porque ocurren con más frecuencia y afectan a más personas. Ya no se trata de cosas que suceden muy lejos, como que los osos polares pierdan su hábitat o que los bosques sean reducidos a cenizas en el otro extremo del mundo, sino que ahora realmente se está acercando y millones de personas están experimentando estos cambios por sí mismas. carne, al perder sus hogares por lluvias torrenciales o incendios imparables o sufrir problemas de salud relacionados con la contaminación.
No es de extrañar que estas consecuencias nos dejen asustados y ansiosos.
Los medios de comunicación son cruciales para moldear la conciencia pública y la comprensión del cambio climático. Si bien los informes de los medios de comunicación sobre el tema son esenciales para crear conciencia, a menudo enfatizan la gravedad y la urgencia de la situación, destacando eventos catastróficos y estadísticas alarmantes.
Este bombardeo constante de información angustiosa puede abrumar a las personas y provocar ansiedad ecológica. El intenso enfoque en los resultados negativos y la impotencia frente a un tema tan complejo puede contribuir a sentimientos de miedo, estrés y desesperación.
Es importante que los medios de comunicación logren un equilibrio mostrando también historias y soluciones positivas y ofreciendo medidas prácticas que las personas pueden tomar para contribuir a un futuro más sostenible. Al hacerlo, los medios pueden aliviar la ansiedad ecológica y capacitar a las personas para que sean parte de la solución en lugar de simplemente sentirse abrumadas por el problema.
Manejar la ecoansiedad: tomar un respiro, hacer un cambio
Entonces, ¿cómo podemos afrontar la ecoansiedad y encontrar algo de tranquilidad? Lidiar con la ecoansiedad consiste en encontrar un equilibrio entre mantenerse informado y mantener una perspectiva positiva. A continuación se ofrecen algunos consejos que puede utilizar:
1. Infórmese y manténgase informado.
Obtenga una comprensión más profunda de los problemas informándose sobre el cambio climático, la conservación del medio ambiente y las prácticas sostenibles. El conocimiento puede empoderarte y proporcionarte una sensación de control.
En realidad, lo primero que hice cuando aparecieron mis miedos ecológicos en mi adolescencia fue conseguir toda la información que pude encontrar, lo cual, créeme, hace casi 40 años, y sin Internet, no era una tarea fácil. 😬
Pero limite su exposición a noticias negativas, pero manténgase involucrado en los temas que importan. No dejes que las noticias negativas y las redes sociales te consuman y sé consciente del impacto que pueden tener en nuestro bienestar mental. Ser bombardeado constantemente con noticias negativas e información abrumadora puede pasar factura a nuestra salud mental.
2. Toma medidas positivas contra tus miedos ecológicos
Canaliza tu ansiedad en acciones significativas. Participar en comportamientos ecológicos diarios sencillos, como reducir los residuos, conservar energía, apoyar empresas sostenibles y defender políticas ambientales.
Dar pequeños pasos tangibles puede aliviar los sentimientos de impotencia.
Una forma poderosa de afrontar y combatir la depresión ecológica es el voluntariado.
Cuando eres voluntario, te rodeas de personas increíbles y de mente abierta que comparten tu pasión por el medio ambiente y son testigos de los resultados tangibles de tus acciones.
La satisfacción de saber que tus esfuerzos contribuyen a algo más grande que tú mismo puede ser increíblemente empoderador y recordarte el impacto positivo que puedes tener en el mundo.
3. Busque comunidad y apoyo
Me resulta muy útil conectarme con personas de ideas afines que están pasando por las mismas luchas. Unirse a organizaciones ambientalistas también puede ayudarlo al participar en esfuerzos colectivos y compartir experiencias que brinden apoyo, camaradería y un sentido de esperanza.
Al buscar una organización ambientalista, considere sus intereses personales y las causas que más le interesen. ¿Le apasiona proteger la vida silvestre y preservar los hábitats naturales? ¿O se siente atraído por la urgencia de la defensa del cambio climático? Quizás la agricultura y los sistemas alimentarios sostenibles enciendan una chispa en su interior. Cualquiera que sea el caso, existen innumerables organizaciones que trabajan incansablemente en todo el mundo.
Al unir fuerzas con un grupo que comparte sus inquietudes, creará una comunidad de apoyo que fomenta el crecimiento personal, el aprendizaje y la colaboración.
4. Practica el amor propio y el cuidado personal
Si no nos cuidamos a nosotros mismos, resulta difícil cuidar eficazmente el medio ambiente y contribuir a un cambio positivo. Dar prioridad a nuestro propio bienestar nos permite tener la energía, la resiliencia y la claridad mental necesarias para participar en prácticas sostenibles, defender causas ambientales y tomar decisiones informadas.
¡El cuidado personal no es egoísta, es absolutamente necesario!
Lola Fernández
Al cuidarnos física, emocional y mentalmente, podemos estar mejor equipados para abordar los desafíos de nuestro planeta y crear un futuro más sostenible para todos. Así que tómate un momento cada día para priorizar el autocuidado en tu rutina diaria:
- Reserva tiempo para ti, ya sea para hacer ejercicio, meditar o incluso una siesta rápida. Recuerde, usted es responsable de su propio bienestar mental, así que asegúrese de dejar espacio para el cuidado personal.
- El ejercicio es una forma fantástica de cuidarse, beneficiando tanto a tu salud física como mental. Se ha demostrado que reduce el estrés y la ansiedad, mejora el estado de ánimo y aumenta los niveles de energía. Incluso una breve caminata por el vecindario puede hacer que la sangre fluya y aclarar la mente.
- La meditación es otra herramienta poderosa para nutrir su salud mental. Le ayuda a encontrar la calma y el equilibrio interior, reduce el estrés y mejora su capacidad para concentrarse y concentrarse. Tomarse unos minutos cada día para meditar puede generar una sensación de centrado y tranquilidad.
- Concéntrate en lo positivo. Celebre y amplifique historias e iniciativas ambientales positivas. Reconocer el progreso que se está logrando y las personas y organizaciones inspiradoras dedicadas a la sostenibilidad. Además, no olvide sus propias pequeñas victorias porque cambiar el enfoque hacia un cambio positivo puede aliviar la ansiedad e inspirar esperanza.
5. Pasa tiempo en la naturaleza para vencer la ecoansiedad
Estar en la naturaleza también es un aspecto esencial del autocuidado, pero en el contexto de la ecoansiedad creo que juega otros papeles importantes, así que dediquemos un poco más de tiempo a este tema.
El tono verde de la naturaleza simboliza el rejuvenecimiento, el crecimiento y los nuevos comienzos. Pasar tiempo al aire libre puede refrescar tu espíritu y aumentar tu energía. Cualquier actividad llena de naturaleza, desde dar un paseo por un parque hasta embarcarse en una emocionante caminata con amigos, tiene un profundo impacto en su bienestar físico y mental.
A menudo salgo a caminar por el bosque. El olor a verde y los sonidos naturales de los pájaros o el viento susurrando entre los árboles actúan como magia en mi mente estresada. Abrace el poder transformador de la naturaleza para aliviar la ansiedad ecológica y mejorar su salud general.
Pero hay más. El tiempo en la naturaleza despierta un profundo aprecio por la belleza de nuestro planeta, como puedo atestiguar personalmente. De niña tuve la suerte de crecer entre el mar y la montaña y paso mucho tiempo al aire libre. Años de presenciar paisajes impresionantes y ecosistemas intrincados me hicieron querer protegerlos y preservarlos. La naturaleza nos recuerda lo que podemos perder y alimenta nuestro deseo de actuar.
Por lo tanto, tenga como prioridad reservar algo de tiempo para la naturaleza en su apretada agenda. Permítase sumergirse completamente en su abrazo calmante, deje que las imágenes, los sonidos y los aromas lo invadan y sienta que el estrés y las preocupaciones se desvanecen. Deje que la naturaleza lo inspire a realizar cambios positivos para el futuro, tanto en sus decisiones personales como en la defensa de un mundo más sostenible.
6. Busque ayuda profesional si es necesario
Si la ecoansiedad tiene un impacto significativo en su vida diaria y su bienestar, considere buscar el apoyo de un profesional de la salud mental o participar en algún programa de entrenamiento en ecoansiedad . Los expertos pueden brindar orientación, estrategias de afrontamiento y apoyo adaptado a sus necesidades específicas.
Recientemente tuvimos una charla con un experto en el tema. Nadja Hirsch, psicóloga climática y fundadora del Instituto de Psicología Climática de Múnich, nos explicó en detalle cómo nos afecta la ecoansiedad, qué papel juegan los medios y los políticos y, lo más importante, cómo afrontarla. También puedes ver la entrevista a continuación.
En resumen
Recuerda, es normal sentirte preocupado por el medio ambiente, pero es fundamental encontrar un equilibrio entre mantenerte informado y cuidar tu bienestar mental. Al actuar, buscar apoyo y practicar el cuidado personal, podrá afrontar la ecoansiedad y encontrar la tranquilidad.